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Escritor Argentino

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Notas de Joe Turner

Entorno, contorno, dintorno
Entorno, contorno, dintorno

La RAE da tres acepciones de contorno, si bien circunscriptas a lugar o dibujo, esclarecedoras a la hora de escribir ─o interpretar─ textos literarios o arte figurativo: 1- territorio que rodea un lugar; 2- conjunto de líneas que limitan una composición o figura; 3- conjunto de elementos que informan sobre el contexto. Esta última acepción se puede asimilar con entorno, siempre según la RAE: lo que rodea, el ambiente o la atmósfera.

En literatura y artes plásticas, estas precisiones aparecen ligadas con otro concepto, contexto ─del latín contextus del verbo contexere: unir tejiendo, hacer tejiendo, conectar, vincular, asociar estrechamente, combinar─ para la RAE: 1- entorno lingüístico del que depende el sentido de una palabra, frase o fragmento determinados; 2- entorno físico o de situación, político, histórico, cultural o de cualquier otra índole, en el que se considera un hecho.

Al igual que en un tejido o un tapiz, sobre los hilos longitudinales de la urdimbre se van pasando los hilos horizontales de la trama que van escribiendo la historia, definiciones que se entrelazan, en sus acepciones, con las artes plásticas.

En dibujo, diseño o trabajo literario, contorno es el trazo que delinea una figura, forma de representación que no es fiel ni clara para quien no esté compenetrado con la idea a que refiere y es válida sólo como boceto que será aclarado en el próximo paso: el dintorno, las líneas, texturas y colores que conforman una figura; o relato.

A su vez, volviendo al eje de la literatura y artes plásticas, estas precisiones aparecen ligadas al contexto.

Cada vez que traduzco un relato literario, surge la duda: ¿prescindir o colocar notas al pie colocando al texto en su contexto cronológico? No siempre es necesario, pero enriquece la perspectiva del lector, tal el caso de las novelas de Ian Fleming sobre James Bond, si se ignoran los vericuetos de la guerra fría; o Los duelistas de Conrad, sin tener presente las rígidas y absurdas reglas de los lances de honor, caras a los oficiales de caballería, vigentes en los ejércitos napoleónico y de otros países; o Feria de Vanidades, sin estar al tanto de la aristocracia y rica burguesía británica del siglo XIX que prestaba servicios en la India. Por otra parte, no hay que estar informado de la vida en barcos balleneros del siglo XIX para adentrarse en Moby Dick; y, si bien no es imprescindible haber leído La Ilíada y Odisea para transitar por el Ulysses de James Joyce, haberlo hecho es de gran ayuda.

En el caso de la parodia, diría que conocer o tener una idea somera de los autores u obras escritas en guasa, ponen en valor las ideas de entorno, contorno y dintorno, porque multiplican el placer de la lectura y permiten apreciar el arte del escritor. De esta ventaja da cuenta la etimología del término griego parodós (pasaje, a través de, al lado del; también de para: al lado de y odós: camino).

Uno de los capítulos más divertidos de Tres tristes tigres de Guillermo Cabrera Infante, recorrido al que acudo con frecuencia, porque es como un taller literario, ayuda a la hora de buscar inspiración ꟷo copiar técnicasꟷ es un pasaje de la novela ─valga una digresión, brillante la traducción en inglés que mantiene el sentido de trabalenguas del español: Three Trapped Tigers─. En el capítulo “La muerte de León Trotsky referida por varios escritores cubanos, años después ꟷo antes” se pueden rastrear distintos procedimientos narrativos: homenaje, escribir al modo de o imitación y parodia. Los autores elegidos son: José Martí, José Lezama Lima, Lydia Cabrera, Lino Novás, Alejo Carpentier y Nicolás Guillén.

Se sabe que Alejo Carpentier no le perdonó jamás la parodia y fue uno de los dinamos de la veda sobre la obra de Cabrera Infante en Cuba, incluida su obra previa a la caída del dictador Fulgencio Batista. Ignoro si hubo alguna reacción de Guillén sobre la parodia, de la cual retengo algunos fragmentos de memoria, que siguen la musicalidad, ritmo y aliteraciones del original: “Trotsky: ¡Iba yo por un camino cuando con la muerte dí! (Leía la frase ‘un camino’ cuando me dieron a mí)./ Mornard: No sé por qué piensas tú / León Trotsky que te di yo. / Al hacha que tenía yo / diste con la nuca tú.” Imposible de disfrutar en su plenitud ─sin dejar de lado el resto de la parodia sobre este autor─ si se ignora aquel: “No sé por qué piensas tú, / soldado, que te odio yo, / si somos la misma cosa / yo, / tú / tú, yo”.

Todas estas comparaciones, al igual que los relatos dibujados en los tapices a través de los hilos verticales de la trama y la urdimbre tienen su entorno. En el siglo IV a.C. el poeta griego Simónides de Ceos reflexionó: “la pintura es una poesía silenciosa y la poesía, una pintura que habla”. La idea, anticipada por Aristóteles en Poética y reelaborada por Horacio en Epístola a los Pisones, aparece reforzada por el verbo griego grápehin, utilizado tanto para referir al acto de escribir como para pintar, y al sustantivo graphé, que se aplica tanto a la poesía como la pintura.

Borges utilizó un procedimiento que se aproxima a lo paródico en Historia Universal de la infamia, ahora tras los pasos de Vidas imaginarias de Marcel Schwob. Digo se aproxima porque la ironía e ingenio desplegados en este libro lo identifican con una variante del humor. Me gustaría pensar que si uso el término inglés wit para referirme al tono dominante en Historia Universal de la infamia, Borges estaría de acuerdo.

De nuevo con entornos y dintornos, sus definiciones, válidas para el dibujo, diseño o trabajo literario, son aplicables en el ámbito empresario. Leo en un portal mexicano para especialistas en comunicación “Entorno, contorno y dintorno de las empresas” valga su glosa u homenaje.

Con los mensajes que hay detrás de la imagen de un reclamo publicitario se puede hacer otra aproximación con las ideas de entorno, contorno y dintorno; veamos el caso del dibujo publicitario de una casa en un barrio, sabemos que está rodeada de calles, vecinos, parques y tiendas; su entorno. Si nos fijamos detenidamente en esa casa veremos sus paredes, ventanas, techos, el color de la fachada; su contorno. Lo que requiere un mayor detalle para ser apreciado desde otra perspectiva y que no ha aparecido todavía: la distribución interna, estilo de decoración, cuartos, baños, salones; su dintorno.

Visión empresarial que me remonta a la génesis de estas líneas, el primer boceto y las referencias cruzadas: estantes de bibliotecas, libros, diccionarios y sitios web consultados.





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